viernes, octubre 09, 2009


Me gustó esta foto. Está parejita. Se ven todos los muchachos súper bien, casi decentes.

Esto quizás le haga bien a una de las campañas presidenciales más sórdidas que me ha tocado presenciar en mis más de 60 años. Para no engañar a nadie dejo en claro que no votaré ni por Piñera ni por Frei, todavía no decido si voto por ME-O o por Arrate. Me gusta la postura de socialista renovado, "transversal" le dicen ahora, de Marco. Me fascina la decencia, sinceridad y respeto por los demás del mayor de todos, aunque represente a los "comunintas", como decía el ladronazo del Daniel López.

El otro parcito, ¡Dios los tenga en su santo reino! Uno, un caradura sin vuelta, sinvergüenza, oportunista, mentiroso (en realidad podría agregar media docena mas de calificativos ofensivos, pero me da lata). El otro, un buenas peras, que de tanto ejercer el oficio se quedo sin brillo; aunque poniéndose agresivo con el otro agarra su onda el hombre. Que conste que este último no ha dicho ninguna mentira cuando le dices pesadeces al carajete, solo que no ha sido "caballerito", como le gusta tanto decir a los explotadores de siempre y sus sirvientes: los periodistas.

El asunto que esta campaña ha sido así porque nunca la derecha (ultraderecha en realidad, ya que la derecha esta representada en Chile por la Concertación), la ultra derecha nunca había visto tan cercana la posibilidad de hacerse del poder sin utilizar a otros, como lo hicieron la última vez. Y se nos están desinflando, a pesar de toda el marketeo, dispendio y esfuerzo de sus serviles colaboradores: los medios de comunicación… ¡se nos está desinflando!. Para harto han dado los $20 millones que el carepalo dice haber gastado.

Por otro lado se ha metido a revolver el gallinero este cabro chico, con tan mala suerte que ¡ha prendido! ¡mira tu!, ha prendido entre las personas. Si de 0% pasa a 15% es que ha prendido. Lo peor que el loco se lo ha tomado en serio y ha elaborado un plan de gobierno nada de despreciable, recordemos que este niño es hijo de Miguel Enríquez, un "extreminta" (según dichos del Daniel López), nació en el exilio, socialista, farandulero. No obstante eso, no ha tenido ningún problema en convocar inteligentemente a quienes ha creído oportuno, para hacer algo mejor de esta copia feliz del Edén que anda de maravillas, pero nos tiene a los ciudadanos con la soga al cuello. Y aunque nos duela a nosotros, que somos tan chaqueteros: lo que hace este cabro se nota, y dan ganas de votar por el.

Por el lado oficialista, el candidato del Gobierno ¡no prende! que lata, teniendo al mejor (la mejor) gobernante que ha tenido Chile, en cuanto a popularidad, simpatía para traspasárselas. ¡Eduardo no prende! Lo abandonaron estas luces de nuestro siglo: el colorín (muerto en vida políticamente), el guatón vendedor de pomadas que se hizo multimillonario vendiéndole tonteras computacionales a los gringos, y lo abandonó, El, el más abyecto y despreciable de todos, un ricachón, tan mentiroso y millonario como el otro. No se porqué el Moreira no le pegó el cornete a la maleta con un hacha… si hasta para eso es estúpido el Moreira (creo que ahora el Schaulson y el Moreira andan como dos potos en un calzón… Dios los cría… decía mi abuelita).

Ante tanta desesperación, no podría ser de otra forma esta campaña presidencial, todos estaba parejito, sencillito, y hoy la cosa no está nada de clara. Se desgañitan y se desesperan y la verdad es que todo por las pura arvejas.

El ciudadano solo, en la urna, va a votar con su alma. De nada servirán los millones de Piñera o del Gobierno, menos las encuestas amañadas con que nos meten ruedas de carreta por ostias. Según un sicólogo muy asertivo que leí por ahí: Drew Westen en su libro “The Political Brain”, nos explica porque a pesar de todo, vencen los que se ganan el corazón del votante.

Y en ese sentido, lo de Obama ya nos enseñó algo… y explica porque ME-O ha prendido en sectores que nadie se imaginaba.

martes, marzo 31, 2009

Vivir en Chile... o... la pesadilla que nunca termina.

Antes de ponerse a insultar y despotricar contra todo lo que significa vivir en Chile, cada chileno debe hacerse dos lavados: uno intestinal y otro mental.

Intestinal primero, para botar toda la mierda ardiente y agria que se acumula de sufrir a tanto inepto, incapaz, imbécil y sinvergüenza que nos amarga la vida entrometiéndose con nosotros. Digo que se entrometen ya que para hacerse problemas no hay que hacer nada especial, es muchísimo más sencillo: solo basta haber nacido en esta latitud, y participar en cualquier cosa, los problemas nos vienen solitos, unos tras otro, día tras día. Pero ya hablaré de eso.

Para el lavado intestinal recomiendo tomarse unos laxantes... o cualquiera de todos esos lácteos que se anuncian en todas partes para "regular el tránsito intestinal", ambos, si Ud. no es millonario, se los tiene que robar, como una pequeña forma de venganza. Inténtelo en las farmacias corruptas de nuestra nación, cosa difícil porque estos sinvergüenzas tiene matones armados para evitar que les roben sus preciados tesoros.
Es mas fácil lo del lácteo facilita-cagarrutas, basta ir a un supermercado, tomárselo mientras se recorren los pasillos llenando el carro con cuanta tontera se le venga a la mente, luego lo deja en el "Estacionamiento de Clientes" y se va a recorrer el Mall (mol), obviamente no vuelve nunca mas a buscarlo.

Este método, que en un principio fue muy usado por las viejas pitucas en el Jumbo, ahora, dado los precios de todo, es practicable en cualquiera de los centros comerciales con que están cubriendo todas las ciudades "que progresan" en nuestro país. Tenga en mente que hacer esto es muy bueno para los demás, le da trabajo, aunque sea pagado como las pelotas, a un montón de gente que tiene que devolver la mercadería a los estantes.

Después se va al baño del mol y se manda la cagada del día feliz y contento... ahora ya puede pasar al otro lavado: el mental que es mucho más complejo y difícil.

Para otro día