martes, marzo 31, 2009

Vivir en Chile... o... la pesadilla que nunca termina.

Antes de ponerse a insultar y despotricar contra todo lo que significa vivir en Chile, cada chileno debe hacerse dos lavados: uno intestinal y otro mental.

Intestinal primero, para botar toda la mierda ardiente y agria que se acumula de sufrir a tanto inepto, incapaz, imbécil y sinvergüenza que nos amarga la vida entrometiéndose con nosotros. Digo que se entrometen ya que para hacerse problemas no hay que hacer nada especial, es muchísimo más sencillo: solo basta haber nacido en esta latitud, y participar en cualquier cosa, los problemas nos vienen solitos, unos tras otro, día tras día. Pero ya hablaré de eso.

Para el lavado intestinal recomiendo tomarse unos laxantes... o cualquiera de todos esos lácteos que se anuncian en todas partes para "regular el tránsito intestinal", ambos, si Ud. no es millonario, se los tiene que robar, como una pequeña forma de venganza. Inténtelo en las farmacias corruptas de nuestra nación, cosa difícil porque estos sinvergüenzas tiene matones armados para evitar que les roben sus preciados tesoros.
Es mas fácil lo del lácteo facilita-cagarrutas, basta ir a un supermercado, tomárselo mientras se recorren los pasillos llenando el carro con cuanta tontera se le venga a la mente, luego lo deja en el "Estacionamiento de Clientes" y se va a recorrer el Mall (mol), obviamente no vuelve nunca mas a buscarlo.

Este método, que en un principio fue muy usado por las viejas pitucas en el Jumbo, ahora, dado los precios de todo, es practicable en cualquiera de los centros comerciales con que están cubriendo todas las ciudades "que progresan" en nuestro país. Tenga en mente que hacer esto es muy bueno para los demás, le da trabajo, aunque sea pagado como las pelotas, a un montón de gente que tiene que devolver la mercadería a los estantes.

Después se va al baño del mol y se manda la cagada del día feliz y contento... ahora ya puede pasar al otro lavado: el mental que es mucho más complejo y difícil.

Para otro día